En una celda de Hlondezh, el joven Logan y un anciano desconocido para él están prisioneros

– La única razón por la que un niño como tu debería soñar con estas tierras es por las golosinas exóticas que se dicen que provienen de aquí. Frutas dulces de las junglas que tienen sabores increíbles, todo mundo habla de su sabor… en lo demás es casi una locura encontrarte en un lugar como este muchacho. Todos los niños tienen el suficiente sentido común para quedarse solo soñando con ello.

– no soy un niño… cumplí los catorce hace cinco dekhanas.- dijo taciturno el joven.

– es increíble cuanto valor has acumulado en solo cincuenta días muchacho…- y suspiró de cansancio. Las pobladas cejas del anciano no ocultaron su mirada sarcástica.

Logan miró sus cadenas, las misma que exhibía el viejo con el cual hablaba. Le molestaban las muñecas y la celda estaba húmeda y calurosa. La celda sin embargo estaba limpia y frente a él, tallada en el poste dentro del muro una de las numerosas serpientes que adornan la ciudad por doquier. En el exterior, en las calles y en las casas no faltan ni son extrañas las estatuas de ofidios en obsidiana, y esmeralda. Recordó las numerosas muestras de arte que traía su padre cuando frecuentemente dejaba la ciudad y hacia incursiones secretas bajo la premisa de un trato comercial hacia Khondazh solo con el propósito de traer esclavos. Ahora él mismo estaba en una celda y aunque admiraba incluso allí la belleza de la cultura yuanti no pudo menos que sentirse despreciable en su situación.

– solo somos tu y yo.- dijo el viejo rompiendo el silencio pesado de ambos. ¿Qué te parece si compartes la oscura razón que te encerró en esta preciosa celda de Hlondezh? Digo, para romper el tedio…

La boca le dolía. Había sido abofeteado por su propio padre antes de terminar allí. No le tenía mucho afecto a decir verdad, pero respetaba su posición, y en cierto modo esperaba que algún día fuese el mismo tan bien visto como aquel. Ahora no estaba seguro de lo que sucedía. No tenía idea de cómo su realidad había cambiado de pronto tan simple y rápidamente desde ser hijo de Demetrio Extaminos y habitar en la casa de gobierno a ser una presa de sacrificio en medio de esa brillante celda de jaspe.

– no quieres hablar… lo entiendo.- dijo el viejo mirándole de reojo.

El silencio reino nuevamente entre ambos. Por la ventana, una noche sin nubes exhibía el paseo nocturno de Selûne que les regalaba sombras pálidas producto de su luz filtrada por la ventana. Era apenas un pequeño tragaluz, bastante alto después de todo para escapar, aun si el tamaño no fuese tan pequeño como para hacerlo imposible de todas formas. Al lado de Selûne dos pequeñas lumbreras, las “lagrimas de Selûne”, como eran conocidos los asteroides que parecían seguir la brillante luna en su transcurso. Miró al viejo de nuevo. Este se encontraba contemplando el cielo igualmente, no parecía demasiado afectado por su destino. Pensó que tal vez no tenía idea de lo que le esperaba.

– en algún lugar dentro de la jungla sin nombre cerca de aquí.- dijo el viejo cortando el aire con suavidad.- y también en numerosos lugares menos escondidos, como el valle de Arkhen, o al noreste del estrecho de Vilhon relativamente cerca de este lugar, en Túrmish. Aglarond, o más lejos incluso como en la Marca Argéntea o Cormyr; hermosas mujeres bailan al compas de las panderetas, incluso licántropos abandonan por un rato su descontrolado salvajismo y se dedican a la contemplación de Nuestra Señora de Plata, muchísimos marinos se toman un tiempo para agradecer la amable compañía de la luna en sus larga noches de altamar. Los adorares de Selûne, me refiero a los clérigos dedicados, u organizan numerosos homenajes o elevan sus plegarias y sus canticos a la Doncella Luna; la diosa les brinda guía y protección a muchas personas, les enseña compasión y bondad, humildad y a establecer buenas relaciones con otros, mas no en el sentido religioso y cortes sino en el práctico, el que te llevas a cada lugar en tu interior y ofreces a cualquiera que te encuentras. La diosa es mujer, y como mujer también reluce lo más hermoso de la creación en sí misma. El suave contoneo de su efecto en las mareas hace brillar la imaginación de los marinos. Lavanderas, sirvientas y cuanta mujer le dedique un poco de fe parece lucir más hermosa en noches de luna llena… al menos eso dicen algunos bardos. Yo no lo sé con seguridad.- se ríe un poco.- nunca me fijé demasiado en eso pensando en otras cosas.

Logan miró en sus ropas el estampado de la casa Extaminos. Dos colas de serpiente, una negra y la otra blanca, entrecruzadas en un abrazo. El era un yuan-ti; o al menos eran un derivado de la noble raza serpentina, aunque su sangre se hubiera mezclado diluyéndose bastante en la de los humanos. Logan no recordaba a su madre, probablemente una esclava tenida en mucha consideración por su padre, pero según su padre “no vale la pena preguntar por tu origen humano, si posees aunque sea de lejos un origen mucho mejor”. No era un puracasta como su padre, pero había podido pasar confiado por uno durante muchos años gracias a su habilidad de cambiar el color de su piel para ocultarse. Tal y como hacía un yuan-ti, aunque no exudara acido ninguno a través de la piel y sus rasgos fuesen mucho más cercanos a un muchacho humano que a una serpiente. Suspiró.

– por lo visto no eres un yuan-ti…- susurró el viejo.

Le pareció necio el comentario.

– calla…- le ordenó. Pero se sintió mal de darle una orden estando en cadenas igual que él.

– llevo estudiando desde hace años muchas cosas, incluyendo yuan-ti de muchas clases y formas y algo de historia. Incluso historia yuan-ti. Por lo que sé, no importa cuán humano pueda parecer un yuan-ti puracasta aman parecer víboras cuando pueden serlo.

Logan se irritó por esto.

– tú no sabes nada…- fue su respuesta.

Le molestó porque sabía perfectamente que no podía convertirse en serpiente como los demás. Su padre le había dicho en un par de ocasiones en que él directamente le preguntó por esto, que tal vez no se había desarrollado en el aun el potencial yuan-ti de su sangre, pero que no tardaría. La verdad, es que se había cansado de esperar que sucediera desde hace mucho tiempo. La mayor parte de los yuan-ti se podían convertir en pequeñas víboras apenas minutos después de nacer, y los que tardaban en hacerlo solo esperaban por cuestión de días. El llevaba catorce años esperando y ni siquiera la pubertad lo convirtió en una serpiente. Guardaba silencio frente a su padre para no demostrar que eso le preocupaba. Aunque a su padre le importaba realmente muy poco lo que Logan hiciera fuera de la casa, mientras no causara problemas. A veces logan sentía que lo habían dejado crecer más como una mascota, como se cría a una víbora menuda que como a un hijo. ¿Pero quién era él para decirle a su padre como debía ser?

– no puedes. Si pudieras soltarte lo harías…

Logan lo despreció. Sintió que se burlaba de él.

– tú también… pero tampoco puedes…

El viejo sonrió.

– no necesito ser una víbora si puedo ser más astuto que eso…- dijo levantando frente a él las muñecas desnudas. A sus pies descansaban los grilletes que hacía apenas un instante le apresaban.

Logan se sorprendió. Enseguida se dispuso abrir la boca para llamar a los guardias. El maldito prisionero estaba suelto. Pero su boca a pesar de haberse abierto no lanzó grito ninguno, mientras vio al anciano hacer un pequeño gesto frente a él con unas finas hebras de lana de su propia ropa y susurrar en voz baja unas palabras inentendibles. Su mente se nubló un instante y sus ideas simplemente se desvanecieron.

– ¿te das cuenta? No necesito esforzarme contigo como con uno de ellos cuando un poco de magia común y corriente para la gente vulgar sirve para dejarte sin palabras…- diciendo esto rasgó una tira de su prenda y le amordazó con rapidez antes de que reaccionase. Cuando la claridad de su pensamiento volvió se sacudió con fuerza pero no logró que la mordaza cayera de su boca.- déjalo. No hace falta que te mortifiques, me quedaré un rato mas para hacerte compañía mientras…

El viejo se acercó a los barrotes, hermosos barrotes con la figura de una serpiente deslizándose a través de ellos, susurró unas breves palabras y realizó un gesto sobre su cabeza haciendo bailar sus dedos a la vez. Esperó. Mientras esperaba pensó en lo bonito que eran los barrotes de aquella simple prisión, pero enseguida se concentró, y esperó.

– umm… necesito mis cosas.- dijo el viejo.- ¿qué te parece joven? Mi libro personal se encuentra en esa bolsa. Normalmente no me importaría, pues tengo lo necesario para estudiar en otra parte lejos de esta ciudad, pero el viaje es largo todavía y lo necesito. Jum…- suspiró.- tendrás que ayudarme. Hay algo afuera que resulta perturbador… además de los guardias por supuesto que están en algún lugar con toda seguridad. Te diré algo mi joven amigo, no soy precisamente lo que los clérigos buenos llamarían un “dechado de virtud”, pero tampoco soy una mala persona. ¿Sabes? En el fondo solo soy un sujeto que se adapta a las circunstancias como el rio se adapta las piedras que se va encontrando. Me sirvo de los elementos presentes lo mejor que puedo… esta vez necesito tu ayuda.

Logan se revolvió tratando de no escucharlo, era imposible. Además era tarde, el viejo se acercó a él y con rostro amable fue pronunciando con rapidez su verbosidad arcana, realizando gesticulaciones frente a él con normal descaro, pero extrañamente cuando este terminó no le molestó para nada la presencia del viejo. Raramente ahora se sentía bien de que estuviera allí.

– hola muchacho… soy tu amigo. Mi nombre es Peter, Peter Paelias, pero puedes llamarme P.P. si te parece más cómodo. Déjame ayudarte muchacho. No vayas a gritar, te liberaré.

Logan hubiese gritado en otro tiempo apenas hubiese sentido la boca libre para hacerlo, pero confiaba en el viejo ahora de una manera tremenda. Ingenua tal vez, pero muy satisfactoria. Por un momento le importó mas seguir las indicaciones del hombre más que su deseo primario de esperar tranquilamente encadenado a que su sociedad yuan-ti le llevaran su destino. Era muy amable este Peter a pesar de conocerlo muy poco. Una vez que lo hubo soltado le miró las muñecas encadenadas aun.

– ¿cómo te llamas?

– Logan, señor… gracias por quitarme la mordaza.

– No es ningún problema muchacho. Ya sabes lo que dicen, hoy por ti mañana por mí. Soy mago. ¿Tú que eres?

– no lo sé, señor. Creo que humano… pero me hubiera gustado ser algo más.

– ¿serpiente acaso? No te pierdes de nada muchacho. Las serpientes viven arrastrándose por el suelo, los humanos explorando y conociendo lugares y maravillas. Si lo que dices es convertirte en yuan-ti más te valdría no hacerlo. Es muy difícil cambiar de perspectiva cuando eres como ellos, solo ven el mundo como un monto de porquería que debería servir sin preguntar, pero los humanos no, los humanos conocemos el bien y el mal, el orden y el desorden, y lo más increíble de todo es que hacemos amistades y enemistades con libertad, con toda la libertad que nos permite nuestro propio juicio.

– es más que eso, señor. Tengo alguna habilidad pero no sé que soy. Soy en casi todo mi ser un humano, pero una parte de mi hala hacia los propósitos y juega con las facultades de esta raza.

– entonces lucha contra tus tinieblas, vence y escucha el sonido del silencio de tu corazón. Más que nadie en el fondo de tu alma tú descubrirás lo que deseas ser y lo que deseas hacer.

– gracias señor…

– esto será más complicado de lo que fue para mí… déjame repasar…- luego se puso a pensar. Finalmente habló.- pensar que gastar este conjuro en esto cuando me falta todavía tanto por hacer… bueno. Sea como sea es lo único que se me ocurre para liberarte joven Logan.- el muchacho sonrió estúpidamente.

Hizo un gesto con el dedo índice en el viento, sencillo, rápido y con mucha certeza dibujó una runa en las cadenas, enredada para Logan, pero simple.

– solo espero no haber puesto mucha magia en ello, lo aprendí así, lamento si se te caen las manos por accidente…- corrió de espaldas mirando a Logan hacia un rincón de la celda. Luego hizo un gesto, tres palabras extrañas en su lengua y ¡PUM! Estallaron en las manos de Logan las cadenas y sus dedos se chamuscaron y se quemaron sus uñas. La mente de Logan de repente se iluminó como cuando te llega una respuesta que llevas tiempo buscando en la mente, hincado el dolor en sus manos además le causó una furia terrible darse cuenta de todo.

– ¡Maldito mago demente!- se incorporó. Pero el mago ya estaba a medio camino de repetir nuevamente el conjuro que había hecho previamente al acercarse a su rostro. No había terminado de levantarse y maldecir otra vez cuando maravillosamente se sintió tremendamente agradecido con el mago y abrió el puño cerrado con el que lo amenazaba bajándolo como si lo hubiese olvidado y con cara de idiota dijo solamente:- gracias, señor.

-shsss… silencio.- pidió el mago.- estoy tratando de oír.

Logan se quedó mirando al mago, este corrió hacia la entrada y con el oído asomado hacia afuera de la celda se quedó congelado un largo momento.

– no parece que hubiesen escuchado. Tenemos suerte o Tymora nos bendice… es lo mismo en fin de cuentas. Al parecer no hay nadie en los pasillos. Sin embargo sí que hay algo en ellos muchacho, y esta vez me ayudarás.

– me duelen un poco las manos, señor.

– no te preocupes por eso, sanarán pronto y rápido. ¿Recuerdas lo que te dije hace un rato? Hoy por ti mañana por mí… pues ya el mañana llegó ya. Te necesito joven Logan, es necesario que hagas exactamente lo que te voy a decir.

– claro, señor. Por usted casi cualquier cosa…

– bueno… hoy te cumpliré tu deseo de ser una serpiente… Pero lo harás con un propósito que yo te daré, ¿de acuerdo?- dejó a Logan a un lado y recogió del muro un pequeño capullo, de mariposa quizás, que estaba en la parte de arriba.

– Claro, señor…

Bribonamente sonrió el mago, extendió sus manos y dibujó signos en el aire vacio de la celda, dijo cuatro, cinco palabras arcanas y en medio de una voluta de humo mágico y brillante Logan desapareció perdiendo los brazos y las piernas dentro de sí y encogiéndose completamente dentro de su ropa. No le dolió en absoluto, de hecho se sintió reparado y complacido. A pesar de toda su vista se volvió difusa y tenue. El mago tenía razón, no había absolutamente nadie en el pasillo, al menos nada que respirase o produjese una señal de ruido o se moviera. La celda estaba cerrada, con ellos dos dentro solamente, en esa parte del edificio al menos. Quiso hablar pero solo soltó un bufido ridículo que apenas si salió junto con su lengua bífida tocando todo instintivamente. Los colmillos en su boca apenas se sentían pero saboreaba el olor de su propio veneno, por primera vez.

– amigo Logan… no tienes miembros pero aun así intenta traer mi libro. Sal de esta celda y recorre el pasillo hasta el final, cuando cruces encontrarás detrás del escritorio un cofre grande. Mi libro está allí. Haz lo que sea necesario para traerlo hasta mí, junto con mis otras cosas… un saco con diversos materiales también está allí. Te las diré poco a poco para que no te confundas: el libro, la bolsa, la daga y la ropa, una capa roja debe estar doblada allí. Primero tráeme lo que te pedí. Pero ten mucho cuidado. En esa misma habitación existe algo que no logro precisar pero seguramente puede darte problemas y es mejor que lo evites. Ve tan rápido como puedas muchacho… yo estaré aquí esperando por ti.

Logan sacó la lengua bífida graciosamente queriendo asentir con ello, no supo si Peter lo entendió. No sabía que le complacía mas, si su forma de serpiente o haber conocido a un sujeto tan agradable, se sentía estúpido, pero no le importaba mientras él cumplía con lo que le pidió. Salió deslizándose elegantemente de la celda y recorrió el pasillo pegado a la pared interna. Mientras el mago le miraba alejarse.

El pasillo le parecía más alto y largo de lo normal pero iba muy determinado, cuando por fin cruzó en la esquina y asomó a la habitación no había nadie. Un escritorio viejo y enorme en el centro y detrás de ese un baúl grande y vetusto. En la habitación también parecía haber una persona, pero no se movía, sino que parecía estar cubierto de polvo y tierra, tal vez arcilla. La figura se veía difusa e invariable, quieta como cualquiera de los muebles, pero brillaba como una joya sin pulir, si tuviera que describirla se parecía a su padre, alto para la raza a la que pertenecía y de rasgos serios e inexpresivos, aunque los brazos de esta efigie eran largos y aguzados.

Se dirigió al baúl y le dio la vuelta tratando de explorarlo, se dio cuenta que tenía una abertura lo bastante ancha como para meter la mano, si las hubiera tenido, era producto quizás de un ataque de ratas. El orificio era más que grande para él en ese instante. Entró, obviamente todo estaba oscuro dentro. Tomó lo primero que sintió y lo encontró pesado y difícil de tomar para solamente tener que hacerlo con lo boca. Así que tomó otra cosa, una bolsa, como las que se sujetan en el cinturón para guardar monedas, era más sencillo y ligero, y podía arrástralo si lo tomaba por un borde. Lucho un poco, era más complicado hacerlo que pensarlo, pero lo consiguió. Estaba tal vez prácticamente vacía…

a Peter seguro le alegrará tener esto.- pensó.

Dio la vuelta girando dentro del baúl. No conocía otra forma, era imposible arrastrarse hacia atrás. La estatua del yuan-ti pura casta le miraba impasible con ojos vidriosos. Desde allí podía notar que realmente era más grande que cualquier otra pura casta había visto y brillaba como el vidrio reflejando dentro de sí mismo la cosa luz que recorría la sala, se preguntó la razón por la cual no había visto otra figura como esa en otra parte. Se escurrió totalmente fuera del baúl y arrastrando la bolsa lentamente atravesó el pasillo hasta la celda, el mago le esperaba con las manos unidas.

– ¡bien hecho chico!- me imaginé que no podrías con nada más, es complicado en la situación en la que estás. Dame la bolsa…- y la tomó, luego revisando en su interior extrajo un trozo de metal.- aquí está… un poco de polvo…- aléjate un poco de los barrotes compañero… un poco mas de polvo quizás…- se retiró un poco de la reja, y señaló con el dedo índice la cerradura, con la otra mano hizo varios movimientos como si tratase de espantar una mosca muy molesta y pronunció una larga retahíla de palabras que sonaban antiguas. Su dedo empezó a brillar y de repente un rayo color esmeralda surgió de él y acertó sobre la cerradura que se derritió como ceniza y agua mezclados.

– supongo que no tuviste problemas para evadir lo que estaba en la sala. Lo imaginé.- dijo saliendo de la celda.- lo más probable es que no esté pensado para atacar serpientes…

Logan sacó la lengüita estúpidamente. Le parecía casi natural para expresarlo todo.

– ¡oh… vamos! deja eso ya. Casi han pasado veinte minutos desde que te envié ¿sabes? Pudiste haberte tardado menos.

Logan se giró. Sacó los brazos como si se estirara de un sueño muy largo y creció en tamaño y forma en todas direcciones en medio de una nube mágica tenue. Se encontró desnudo en el pasillo.

– ve a vestirte chico… nos vamos.

Logan corrió al interior de la celda y se puso las ropas de inmediato, hacia frio esa noche a pesar de estar en tierras relativamente cálidas, entonces se dio cuenta que después de regresar a su forma natural ya no tenía las manos heridas. El mago revisaba la bolsa una y otra vez…

– Estoy sano señor Peter… mire mis manos…- y se las mostró al mago que parecía tener poco interés.

– espero que todavía me queden suficientes componentes para salir de aquí… ah, si… es un efecto secundario del conjuro… ¿en dónde demonios estará Misma? Estúpido lagarto… cuando lo necesito siempre está por ahí comiendo porquerías… a ver… que tenemos aquí… no quiero ver lo que está allí en ese pasillo pero si se trata de lo que me imagino que es necesitaré ayuda. Dime ¿qué viste en el pasillo?

Logan le respondió:

– Hay una extraña figura de cristal. Es hermosa. Se parece a mi padre… pero es alto y brillante. Además de lo que usted me dijo que estaba allí.

– sabia que lo era…- dijo suspicazmente.- pero no estoy seguro de cómo hacerlo…- dijo el mago meditando.- tal vez con esta pequeña vela y esta bolsa pequeña… de fuego no… podría terminar quemando el libro. Más bien…

Levantó los brazos. Hizo aspavientos con ellos frente a él, y sobre él, mientras cantaba unas frases primitivas y oscuras a la vez movía sus dedos. Y la pequeña vela se dilató y se consumió en una chispa junto con la bolsa, cuando él la arrojó al frente y hubo una explosión de vapores mágicos de donde surgió una figura oscura, terrosa y pesada que creció a proporciones de una persona. Una figura de tierra, sin ojos ni boca ni rasgos, solo piernas y brazos y una tosca cabeza de piedra se balanceó “mirando” el pasillo y a Logan y luego al mago. Hizo un ruido hueco y profundo, como un crujido. Hubiera jurado que era una palabra pero era difícil saberlo, pues la “cosa” no parecía tener boca con que pronunciar nada.

– ve adelante y defiéndenos a ambos de lo que sea que nos ataque mientras revolvemos las cosas, creo que es un golem vidriado.- ordenó el mago.

La cosa se movió. Era grueso y con la rapidez de una persona sin apuro. Caminó hacia el pasillo, Logan y el mago le siguieron.

– quédate detrás joven Logan, me cuesta mucho mantenerme concentrado y lo que menos necesito es tener que cuidarte además… este será nuestro guardaespaldas mientras recuperamos mi libro y mis cosas.

Cuando llegaron al pasillo la creatura terrosa estaba en el centro ensuciando con tierra con lo que caía de él mismo sin querer. De pronto la figura de cristal levantó los largos brazos con rapidez y asestó un fuerte cuchillazo con ellos en la creatura invocada por el mago. Uno de sus brazos se quedó atorado en el pero el otro logró salir y con el peso de su cuerpo vítreo retrocedió y se liberó.

– ¡déjalo Logan! Ayúdame rápido aquí…- el mago había corrido sobre el baúl por detrás del escritorio, pronunció una palabra con tono imperioso que Logan no entendió, y el baúl se abrió como una caja de música, sin música.- toma esto.- le dio la capa, y esto, y esto… yo llevaré mi daga y mi libro. Vámonos de aquí rápido…- ambos corrieron juntos a la derecha. Las creaturas enzarzadas en combate giraron y el golem al estar cerca de ellos decidió cambiar su objetivo y lanzó su brazo sobre el mago con la rapidez de una espada. Pero el mago logró agacharse a tiempo. La figura de tierra entonces dio un fuerte golpe en el pecho del golem que se resintió y lo hizo retroceder.

– ¡qué esperas muchacho! ¡Apresúrate!, subamos por la escalera de este pasillo. ¡Cuidado!.- y lo pateó con fuerza hacia atrás. El golem le habría picado en dos partes de un solo golpe si no le hubiera hecho, pero Logan se estremeció y dejó caer las cosas cayendo hacia atrás. Nuevamente algo se disipó en su mente y al verse en medio de aquella batalla solo se confundió.

– ¡maldito seas mago estúpido! ¡Estábamos seguros en nuestra celda!- gritó al mago con visible enojo.

Peter se levantó. El golem estaba muy concentrado en ellos dos, pero su elemental de tierra no se distraía. Con fuerza le asestó un golpe en la espalda con ambas manos unidas como un martillo. El golem se sacudió y casi cayó. Tuvo que darse la vuelta sobre si mientras encontraba el equilibrio. En eso se fijó en Logan y levantó sus brazos trasparentes y afilados hacia él. El mago gritó dos palabras arcanas y con rapidez hizo un gesto que Logan no logró ver, cuando se sintió inmediatamente impelido hacia el mago, las cuchillas cayeron sobre el escritorio y lo partieron en pedazos, él y el mago cayeron juntos al suelo.

– maldito seas tú muchacho… me has hecho gastar un conjuro muy importante…

El golem se levantó y con un golpe de su mano derecha realizó un fuerte golpetazo contra el elemental antes de que este lograra dar el suyo. Tan fuerte pareció que el elemental se deshizo y desapareció como cuando se sopla una vela.

Entonces algo cayó del techo sobre la cabeza del golem. Una lagartija gorda y verde azulada. El golem caminó hacia el Peter y Logan levantó los brazos con rapidez y la lagartija saltó de su cabeza al tiempo en que esta estallaba en fragmentos. El golem cayó de espaldas y se deshizo en mil pedazos cortantes y cristalinos.

– estúpido lagarto… me tenias preocupado Misma… ¿Dónde te habías metido?

Peter se levantó. La lagartija corrió a su mano y se trepó por el brazo hasta su hombro. Logan estaba confundido pero no había olvidado que el mago era un prófugo.

– detente…- dijo con autoridad. Pero tenía las manos vacías.

Pero el mago extendió hacia él su fina daga amenazante, brillante y dorada.

– en serio… mi lagartija es mucho más prudente que tu muchacho. Me harás gastar otro conjuro que seguramente ya has visto. Por Tymora, que me has traído una suerte de pícaro risueño… a la vez que he gastado más conjuros contigo hoy que los que gasto conmigo diariamente. Pero está bien…- repitió el mismo conjuro que había hecho en la celda con él.- no creo que lo use hoy con nadie más. Además tal vez te necesitaré un rato más para salir de aquí…

– como usted diga, amable señor Peter…- repitió Logan sonriendo como un idiota.

– Antes de que vean nuestro desorden, salgamos de aquí entonces.

– claro señor…- y Logan le siguió, se sentía un poco tonto pero le siguió.

En la taberna el bardo de paso se dispone a contar una historia

-¡Acérquense! No tengan miedo. Mi pequeña mandolina no les mira con recelo, no le retribuyan ustedes una mirada suspicaz. Déjenme decirles: Mejor les seria que su recuerdo se perdiera para siempre de la memoria de aquellos que los dejarán en sus tumbas, a que neciamente se pierdan la oportunidad de conocer esta historia. ¡Vamos! no dejen que el miedo a reconocer la curiosidad les impida acercarse. ¿No es acaso la curiosidad la que lleva primeramente al mago a conocer a fondo su arte? ¿Qué sería de nosotros, los bardos, si le pusiésemos un bozal a nuestra curiosa afición de aprender? La curiosidad nos lleva muchas veces a meter las narices en donde relucimos de necios… pero no así esta noche, amigos. Esta noche vale la pena ser curioso y serlo desde el principio. La noche es joven, pero así como la juventud se esfuma con rapidez de nuestras vidas, hay que aprovechar la velada antes de que las vagabundas chispas del sol abandonen la noche y le den la bienvenida.

– señor… ¿Qué son las vagabundas chispas del sol?

– las dulces luciérnagas, pequeña cereza… juguetones destellos de la noche que rivalizan con el brillo de ojos como los tuyos.- se gana un suspiro.- Ahora, si están dispuestos a conocer mi historia, siéntense y guarden silencio… sírvanse vino. Es el mejor de la región. La cerveza también es exquisita, de la mano bendecida de nuestro amigo Rick, el tabernero, pero sorbed en silencio, no demasiado suave para que no se oculte el gustoso placer de probar con satisfacción la cerveza enana, pero el suficiente para no perturbar mi prosa… mi historia amigos… es sobre un hombre llamado: Logan Paelias…